Volver a ti con la mirada, en un viaje hacia el pasado,
volver a recorrer la encrucijada,
en el ensueño de aquellos que añoraban la magia y el encanto
del embrujo como un canto en la mente adormilada.
Volver andar los pasos por trochas, caminos y cañadas
bajo sombras del bosque enmarañado y el canto de los pájaros,
sentir el embrujo en la manigua, las sombras, los espantos
toda una horda del esfuerzo, sudor y sufrimiento que da encanto.
Contemplar al centenario que enfrenta gigantes milenarios,
en ardua lucha diaria para cristalizar un anhelo irracional.
Recorre montes y cañadas, lleva amor en la mirada
y todo un encanto patriarcal.
Sentir al Cumanday resplandeciente, sigiloso guardián,
que orienta el paso por la selva virginal,
predestina tu lugar muy cerca acompañar,
por siempre hasta el final.
Icono sagrado, siempre altivo con tu manto resplandeciente
que evoca mis ancestros y llevaran mis descendientes
es tu atuendo sobre el pecho, orgullo de una raza,
encaje como poncho, capa o ruana.
Hoy ya florecida de belleza angelical
enamoras al que llega, embrujas con tu encanto,
y dejas caer el manto de tu gracia virginal
que envuelve al firmamento en eco celestial
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